Comportamiento invernal de las grullas
Las grullas mantienen rutinas muy marcadas, desplazándose a los comederos durante el día y volando al final de la jornada a los dormideros comunales, donde pueden llegar a concentrarse miles de aves.
Las grullas mantienen rutinas muy marcadas, desplazándose a los comederos durante el día y volando al final de la jornada a los dormideros comunales, donde pueden llegar a concentrarse miles de aves. En ocasiones establecen predormideros en las inmediaciones de un dormidero principal, donde se agrupan antes de volar definitivamente a este último. Son especies eminentemente gregarias, pudiendo formar grandes bandos de varios cientos de ejemplares. No obstante, es frecuente también ver grupos familiares aislados, en los que los adultos acompañan a los jóvenes durante toda la invernada y pueden mantenerse al margen de los grandes bandos de alimentación.
Durante los vuelos migratorios los grupos se desplazan a gran altura adoptando una peculiar disposición en forma de “V”, a la vez que emiten su distintivo y sonoro canto. Al final de la invernada es relativamente frecuente observar bandos de grullas que comienzan su retorno hacia el norte. Entonces pueden verse grandes grupos de aves volando en círculos en busca de corrientes térmicas, hasta que alcanzan la altura suficiente para llegar planeando hasta su siguiente destino.