La grulla en Extremadura

Las grullas en Extremadura

  1. Festival de las grullas
  2. La grulla
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Las grullas en Extremadura

Extremadura puede ser considerada como el principal destino de invernada de las grullas europeas que realizan la migración siguiendo la ruta occidental, acogiendo a aves procedentes de Alemania, Suecia, Finlandia, Noruega y Estonia, así como del resto de países que circundan el Mar Báltico e incluso de las áreas más occidentales de Rusia.

Extremadura puede ser considerada como el principal destino de invernada de las grullas europeas que realizan la migración siguiendo la ruta occidental, acogiendo a aves procedentes de Alemania, Suecia, Finlandia, Noruega y Estonia, así como del resto de países que circundan el Mar Báltico e incluso de las áreas más occidentales de Rusia. La posibilidad de encontrar abundante alimento en extensas zonas donde se combinan dehesas con cultivos de cereal y de regadío, unido a la existencia de numerosas zonas húmedas donde establecer sus dormideros y a las temperaturas moderadas del invierno extremeño (entre 5º y 20º C), proporcionan a estas aves un hábitat óptimo para pasar los meses invernales.

Se estima que la población invernante en Extremadura supera las 139.000 aves (unas 80.000 en la zona centro), constatándose un progresivo aumento en la mayor parte de los núcleos. Su número puede experimentar cambios de relativa magnitud cada temporada ya que la cantidad de aves que llegan a Extremadura está estrechamente relacionada con las condiciones climatológicas imperantes y la disponibilidad de recursos tróficos en otras áreas de la ruta migratoria. Los inviernos con temperaturas muy bajas pueden provocar que las poblaciones que suelen invernar más al norte, especialmente en Francia (Las Landas, Lac du Der-Chantecoq) y Gallocanta (Aragón, España), vuelen hasta Extremadura. Del mismo modo, los inviernos suaves pueden reducir la presencia de aves en la región, en favor de zonas más norteñas.

La grulla común presenta una amplia distribución durante el invierno en Extremadura y considerando conjuntamente las áreas de campeo, de alimentación y los dormideros, se estima que la superficie de hábitats ocupados por la especie estaría en torno a 1.835.000 ha, lo que representa el 44% de la región. Se trata, por tanto, de una especie que puede observarse con facilidad en diversas zonas del territorio, siendo además muy detectable por desplazarse en grandes grupos y por la sonoridad de su canto.